Existe un loco afán por crear o resucitar, usar y abusar conceptos que conducen a encubrir, tergiversar o negar la realidad. Es parte de la lucha ideológica de la burguesía y sus cómplices para implantar en los trabajadores una conciencia falsa. Esto es hoy de vital importancia para la clase dominante, debido a que, con la rebelión popular iniciada el 18 de octubre de 2019, se ha producido una positiva toma de conciencia en amplios sectores.
En esta campaña de propaganda de la derecha, vanguardia política de la burguesía, juegan rol fundamental los medios de comunicación y en ellos los “historiadores”, “cientistas políticos”, “comentaristas” “catedráticos” y” opinólogos” de todos los pelajes, incluso muchos que se autodefinen de izquierdista.
Uno de estos conceptos es “clase política”. Fue creado por el sociólogo, politólogo y senador vitalicio italiano, el ultraconservador Gaetano Mosca (1858-1941), que pretendía ser una refutación del marxismo y su teoría de la lucha de clases.
El temor de Mosca al comunismo lo llevó a apoyar al fascismo como medio de destrucción de aquel, convencido de que una vez derrotado, el fascismo también pasaría y se restablecerían las libertades estatutarias.
MARXISMO, GAETANO MOSCA Y SU “CLASE POLÍTICA”
Carlos Marx y Federico Engels escribieron el Manifiesto del Partido Comunista, publicado el 24 de febrero de 1848: “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases… Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado”.
Para Gaetano Mosca, “en todas las sociedades, comenzando desde aquellas mediocremente desarrolladas y que apenas han arribado a lo primordial de la civilización, terminando por las más numerosas y cultas, existen dos clases de personas, una, de los gobernantes y la otra de los gobernados. La primera, que es siempre la menos numerosa, realiza todas las funciones políticas, monopoliza el poder y goza de las ventajas que ello trae consigo; mientras que la segunda, más numerosa, es dirigida y regulada por la primera, de un modo más o menos legal, ya más o menos arbitrario y violento, y ella la provee, al menos aparentemente, de los medios materiales de subsistencia y de aquellos que para la vitalidad del organismo político son necesarios. En la vida práctica todos reconocemos la existencia de esta clase dirigente o clase política como en otra parte decidimos definirla”.
En otras palabras, la “clase política”, para el autor de este concepto, es la clase dominante, la burguesía.
CÓMO SE UTILIZA O SE ENTIENDE LO DE “CLASE POLÍTICA”
Es evidente que el concepto de “clase política” es utilizado corrientemente en debate televisivos, entrevistas, comentarios, noticiarios e incluso en conversaciones académicas. La mayoría de las veces este concepto es empleado por personas que ignoran su real significado.
Un ejemplo el 9 de julio de 2011, militante UDI y entonces ministra del Trabajo en el primer gobierno de Piñera, Evelyn Matthei, al conocer los resultados de la encuesta de Adimark de comienzos del mes de julio de 2011, exclamó: “la ciudadanía está “cabreada” de la clase política.” Agregaba más adelante: “la clase política debe entender la molestia que existe en la ciudadanía, la cual se refleja en los bajos niveles de respaldo y aprobación al gobierno, afirmando que este es un llamado tanto a la coalición gobernante como a la oposición”.
De atenerse al concepto de Mosca de “clase política”, la actual alcaldesa de Providencia debió referirse como tal, sólo a los partidos de la clase gobernante y no incluir a partidos que no la representan.
Otro ejemplo y muy reciente. Sucedió el jueves 16 de enero de 2020 en el Noticiario de CNN en Chile. Poquito después de las 21 horas. Informaban del 6% del presidente Piñera, diciendo “derrumbe de la clase política”. Más adelante sostuvieron “castigo para la clase política, ningún político al alza”. El mismo error de la exministra Matthei.
Un tercer ejemplo. La Tercera del jueves 16 de enero de 2020, escribió en la portada: “Todos los personajes políticos medidos en la CEP anotaron caídas importantes, mientras que la identificación con los partidos retrocedió 5 puntos y la confianza en ellos llegó a 2%. Si alguien apostó en capitalizar el descontento ciudadano tras el estallido del 18 de octubre, los resultados de la encuesta CEP representan un duro desengaño. Según el sondeo, la desafección y la desconfianza con la clase política y diversas instituciones no solo son generalizadas, sino que se acrecentaron en niveles estadísticamente significativos desde la medición de mayo de 2019. También La Tercera usa el concepto “clase política” erróneamente al incluir en ella a todos los partidos políticos.
EL EFECTO QUE SE BUSCA CON LO DE “CLASE POLÍTICA”
Para muchos, “clase política” es todo lo referente a la política, en especial, como vimos en el caso de Evelyn Matthei, a todos los partidos políticos. Coincide con la posición del dictador que se refería con sorna y odio a los “señores políticos”. Tiene un tufillo a fascismo.
Es una manera de fomentar el apoliticismo, la actitud anti partidos y de ocultar una gran verdad: ¡No todos los partidos políticos son iguales!
Y éste es el peor efecto del reiterado uso del concepto “clase político”. La encuesta CEP, medición realizada entre el 28 de noviembre de 2019 y el 6 de enero de 2020, dada a conocer el lunes 16 de enero de 2020, muestra que el 73% de los encuestados no se identifica con ninguna posición política. Preocupante situación, ya que el 27% sostiene haber asistido a marchas y el 31% en los cacerolazos; estando, además, el 67% a favor de una nueva Constitución.
Es decir, una importante parte de los que actúan activamente en política hoy en Chile: protestando, marchando, exigiendo una nueva Constitución, teniendo una definida posición política frente al gobierno (reprobando en un 82% a Piñera), no se identifica con ninguna posición política.
Y esto es grave: o ningún partido es capaz de llegar a las masas movilizadas con sus planteamientos o, una vez más, las colectividades de izquierda están perdiendo la lucha ideológica con la burguesía.
No olvidar lo que escribió Lenin: “La clase obrera tiende al socialismo de manera espontánea; pero la ideología burguesa, la más difundida (y resucitada sin cesar en las formas más diversas), es, sin embargo, la que más se impone espontáneamente a los obreros”.(Lenin: ¿Qué Hacer?, Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, p. 149)
¡Una vez más, y ahora con dramática urgencia, la lucha ideológica está en un primer plano!
¡Es imprescindible salir al paso a la propaganda de la derecha!
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