"Chile" viene de un nombre que le dio el imperio Inca, que significa "El fin".
Y es justamente porque hasta la tierra de lo que hoy es Antofagasta llegaba más o menos el final del dominio del imperio Pre Colombino. De ahí en adelante era una tierra indomable para los poderosos Incas, era el Final del imperio, era "Chile".
Al sur se encontraban clanes de familias indígenas que vivían libres, que sus modelos de liderazgos, de trato a la mujer y de intenciones de poder estaban muy alejados de lo que eran hasta ese momento el imperio Inca, Maya o Azteca.
Una vez preguntaron, por qué los mapuches no construyeron pirámides o caminos como los Incas y los otros imperios mesoamericanos.
Y la respuesta es que las pirámides, los caminos y toda suerte de estructura importante en la antigüedad, siempre se construyeron sobre los hombros de esclavos.
En cambio, los mapuches siempre se consideraron un pueblo donde la libertad era un valor sagrado.
Por eso frente a los engaños de los conquistadores, los mapuches nunca cambiaron sus tierras por "chucherias", o por una religión que amparados en una cruz validaban toda suerte de crímenes. Al contrario, temiendo sus intenciones de dominación, les opusieron resistencia por más de 100 años, como ningún otro clan lo hizo en el continente.
Si vienen a Chile no verán pirámides, no verán santuarios construidos con piedras o barro. Ellos tenían como santuario la tierra y la naturaleza. Pueblo que nunca se ha sentido dueño de la tierra, sino hijo de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario