El objeto de su amor es una joven totalmente involucrada en las luchas ideológicas de las últimas décadas (manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam, etc.); en pocas palabras, ella participa en la historia y se esfuerza por comprender lo que realmente está sucediendo.
Lo primero que debemos notar sobre esta película es que Gump es ideología en su estado más puro: la oposición entre Gump y su novia no representa la oposición entre el grado cero extraideológico de la vida social y las luchas ideológicas que dividen el cuerpo social; antes bien, ejemplifica la tensión entre la Ideología en su grado cero (el aparato ideológico sin sentido) y los antagonismos que la Ideología intenta dominar y/o volver invisibles. Gump, este ejecutor automático de órdenes, hombre de pocas luces, que no intenta comprender nada, da cuerpo al imposible sujeto puro de la Ideología, el ideal de un sujeto en el que la Ideología funcionaría sin problema alguno. El desconcierto ideológico de la película reside en el hecho de que presenta a la Ideología en su estado más puro como no-ideología, como una simpática participación extraideológica en la vida social. Es decir, la enseñanza última de esta película es: ni siquiera intentes entender; obedece y "¡tendrás éxito!" (Gump termina siendo un famoso millonario). Su novia, que se esfuerza por adquirir una especie de “mapeo cognitivo” de la situación social, es castigada simbólicamente por su sed de conocimiento: al final de la película, muere de SIDA.
Forrest Gump desvela el secreto de la ideología (el hecho de que su funcionamiento exitoso implica la estupidez de sus sujetos) de manera tan abierta que en otras circunstancias históricas sin duda habría tenido efectos subversivos; sin embargo, hoy, en la era del cinismo, la ideología puede permitirse develar el secreto de su funcionamiento (su idiotez constitutiva, que la ideología tradicional pre-cínica tuvo que mantener en secreto) sin que su eficacia se viera afectada en lo más mínimo
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