jueves, 26 de junio de 2014

Volver a Allende, para construir los cambios que Chile necesita

Chile hoy se encuentra en un proceso de lucha política-ideológica. La Nueva Mayoría ha planteado una serie de reformas y cambios, que sin ser tremendamente radicales, plantean una tónica distinta a 40 años de modelo neoliberal.

Temas como la Reforma Tributaria, el término del FUT, la Reforma Educacional, la Nueva Constitución, Asamblea Constituyente, han planteado una gran gritería en las filas de la derecha. También en las alas de los sectores democráticos y progresistas, se ha dado un clima de discusión y análisis de las reformas a implementar. En el caso de la Reforma Educacional, hay ciertos sectores, que siguen mirando hacia los cantos de sirena del neoliberalismo. 

Hay otros, los sectores populares, que pide contemplar más la participación de los actores de la educación. Las reformas son con el pueblo, escuchábamos en el acto de ayer, en el paro por la Educación. Ahí es donde siguen resonando las palabras del compañero presidente Salvador Allende, cuando dijo: "la revolución la hacen los pueblos; la revolución la hacen, esencialmente, los trabajadores".

Hoy, a 106 años de su nacimiento, debemos retomar no sólo las palabras de Allende, sino también su legado y su accionar político, de luchador revolucionario. Sólo así, serán posibles hacer avanzar las reformas y demandas que el pueblo de Chile reclama. Volviendo todos los días, al ejemplo y lucha de Allende, podremos construir los cambios. Sólo así, nos confirmaremos que la Nueva Mayoría es un paso táctico, y sólo el inicio de las innumerables luchas que el pueblo chileno debe seguir dando.

martes, 3 de junio de 2014

...que yo cargaba con mochilas, me dijeron: esa mochila, orgullosamente, es mi Partido Comunista de Chile

En un lugar de Quinta Normal, de cuyo nombre no quiero acordarme, cierto día, un personaje, me dijo que yo en mi trabajo político, cargaba con mochilas antiquísimas, que frenaban mi desarrollo político. Historias, antecedentes, apellidos, que no dejaban avanzar. Generalmente, a los comunistas, siempre quieren tildarnos con epítetos raros, e intentar jodernos. Vaya a saber uno por qué.

Yo, quedé extrañado. Camino a mi casa, comencé a rememorar mi historia personal. Me críe en una familia de extracción proletaria. Mi población fue formada por obreros del carbón, que provenían de Lota, entre muchos otros trabajadores humildes. Estaban ahí Fernando Vera, Oscar Vera, Santos Medel, mi abuelo Francisco Javier Neira, entre ellos. Fernando y Oscar resultaron ser primos de mi abuela, con quien se casó mi abuelito Panchito. Todos eran militantes del Partido Comunista de Chile. Mi abuelito Panchito, como le decimos sus nietos, fue de los periodistas fundadores del diario El Siglo, junto con Luis Corvalán, Galvarino Arqueros (quien también vivió en nuestra comuna). Para nosotros el compañero Galvarino era el abuelito Juanito. Así se forjó la familia Neira. En una población proletaria, entre las campañas de Allende, el triunfo de la Unidad Popular. Ahí estaban mi madre Javiera, mi tía Ximena y mi tío Pancho.

Mi padre, también muy cerca de acá, creció en la Villa Municipal. Mi abuelo paterno, don Juan Medina Gaubret, fue obrero del caliche. Llegado a Santiago, siguió su vida de obrero, trabajando finalmente como obrero municipal. El norte, y sus matanzas, ya habían forjado Esta población colindaba con la popula Población Paula Jaraquemada. Y así, mis viejos se conocieron con otros jóvenes comunistas de esa población. 

Durante la noche negra de la dictadura, mi infancia, como la de mis primos, los Candia, se forjó en la población de nuestra familia materna. Los nietos del señor Neira, nos dicen. Independiente de eso, ya la extracción de clase del terruño a uno lo marca, desde la cuna. Incluso, más que el apellido. Dijo el Ché en su paso por Perú, "más que el nombre, importan los actos que el hombre vaya dejando en la historia". Y así nos criamos todos nosotros. Viendo a los jóvenes comunistas de esta y las otras poblaciones trabajando, reuniéndose, haciendo peñas, combatiendo a la dictadura. Crecimos con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, con la experiencia familiar en la República Democrática Alemana. Del ejemplo de Allende. Conocimos el ejemplo militante de nuestros abuelos. Vimos a nuestros padres, combatiendo en las barricadas. A través de ellos, supimos de Cuba Socialista, de Fidel, el Ché. Crecimos con las canciones de Víctor Jara, y con el deseo de ser cantores comprometidos como él.

En resumen. Sí, hay una carga histórica. Pero esa carga histórica como vemos, es este instrumento de los humildes, por los humildes, y para los humildes, que nació en Iquique, hace 102 años. Para nosotros, todos los compañeros, de la Paula, de nuestra Pobla, el Alejandro Aguilar, el cocho Jaime, el chico David, el Negro Mario, el Polo, el Cotelo, la Katty Riffo, y muchos más, eran nuestros tíos. Y también los tíos adquiridos en la etapa universitaria de mi tía. El tío Maroto, la tía Marcela. A todos los compañeros que conocí, cuando mi padre fue preso político. Sí. Es una mochila muy pesada esta familia. Esta familia, que va más allá del ADN. Crecimos con el ejemplo de todos ellos, y tal como lo dijo el Ché, nos marcó más que si eran o no parientes nuestros. Los admiramos porque son comunistas. Sentíamos y sentimos admiración por nuestros padres, porque eran comunistas. Y eso es esta mochila que cargo, en resumidas cuentas: Un Partido Revolucionario. La lista de compañeros de los cuales uno aprende día a día, sería extensa. Sépase que todos ellos son parte de nuestro trabajo y crecimiento diario.

Yo orgullosamente, después le contesté que sí, tenía una mochila, que estaba ya por los 100 años. Y esa mochila se llamaba Partido Comunista de Chile. En mi célula milito con muchos de aquellos jóvenes a los que crecimos admirando desde niños. Mis padres, mi tía Ximena, el Leo Candia, quien se casó con mi tía, y así nacieron mis primos. El Nano Calderón, el Carlos Quilodrán, también conocidos desde los negros años de la dictadura. Esa es una experiencia de vida tremenda. Y sigo aprendiendo de ellos, día a día, en el trabajo diario del militante comunista. Y mi célula lleva el nombre de uno de los hombres claves de nuestra población: Francisco Javier Neira, mi abuelo.

Hoy, nuestro Partido sigue haciendo historia, y luchando por terminar con las injusticias. Y seguiremos en esa senda.

Yo, hoy en este nuevo aniversario, siento mucho orgullo de la historia de nuestro Partido. No ha estado exento de errores, pero como todas las cosas hechas con el barro humano, se equivoca y enmenda el camino. Y porque mis prioridades son las de mis semejantes, las del pueblo chileno, es que orgullosamente decidí seguir el camino de toda esta gente que ví durante mi vida. Porque tal como lo dijeras sabiamente Pablo Nuestro, que estás en tu Pueblo: "contigo no termino en mi mismo"

Vivan los 102 años del Partido Comunista de Chile!!!!!!