In a Karma Da Vida (Reminisencias hippies del Hombre Nuevo)

"hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna"

(Allen Ginsberg, "Aullido")

Yo fui alguna vez hippie.Lo sé desde el día que nací. Lo confirmé el día que con 4 años, ví las fotos de mi madre adolescente, en la AlexanderPlatz, Berlín, República Democrática Alemana. Llevaba un chaleco verde, con flores negras. Y arengaba a las masas juveniles, a participar en el en ese año 1973, pronto Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

Sí, yo fui hippie. Pero mis derroteros no fueron por la algarabía de esa juventud lana y revolucionaria en el país de los Honecker. No. Yo estuve en Woodstock, 1969. Y morí ahí. Sólo sé, que al irme, ví arcoiris en mis pupilas.

A los pocos años, nací, en un país en dictadura. Pero nací sabiendo que fui hippie. En esta vida, las condiciones materiales, me volvieron en la senda del Hombre Nuevo, sin vicios, ni nada..... Pero bue.... Una vez, superada esa etapa, me dejé crecer el pelo, y me aparecieron flores y tribus en la memoria, cantándome bagualas ancestrales y astrales..... 

"y arribita de los cerros, viene apareciendo el sol, 

con el bombo y con la lanza, viene la Revolución"

Génesis

 

Y Dios creó a Satanás antes del 1er día.  Si las tinieblas cubrían los abismos, era porque éste, su primer hijo, le salió pecador, y ya andaba haciendo de las suyas. Si el espíritu del Creador aleteaba sobre la superficie de las aguas, era buscando a su hijo, que esperaba fuera Pródigo. Luego, quiso tener otro crío, Adán, que sucumbió bajo la mala influencia del hermano mayor. En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, ya existía la calle San Camilo.

(HMN, 2021)

356 Soledades

 

Llega a su casa, todo en soledad. Los muebles, el polvo sin barrer, su perro y 2 gatos la saludan. Afuera, todo es movimiento: las hojas del otoño, que se salvaron de ser libros; la gente, endeudándose por el último artefacto en boga (unas zapatillas). Espuma brota del pavimento, mientras choca la lluvia. La TV todos los días repite lo mismo: mercancías al por mayor, mientras el bolsillo permanece vacío, así como su corazón. Nunca fue bien correspondida. Las tazas de té, estos últimos años, son sin invitación. Sus animales la miran. Ella a veces, piensa en terminar la monotonía de estar tan acompañada en la calle, pero tan sola en su fuero interno. Pero esos 6 ojos azabache y los pelos en su ropa, le hacen compartir el té, ya que no está sola: está con sus muebles, su perro y sus 2 gatos... y la Soledad.

HMN, 2021