martes, 25 de junio de 2013

Un fantasma recorre Chile: el fantasma de la Movilización y de la Asamblea Constituyente (Notas para un Análisis de la Coyuntura)

El panorama que se devela en la actual Coyuntura Electoral, ha puesto en escena, diferencias y matices programáticos de candidatos (sean estos partícipes o no de las primarias del 30 de junio). Pero el desarrollo de la historia, y el futuro del pueblo chileno, no podemos centrarlos solamente al panorama electoral. La coyuntura política, es decir, el momento actual de la lucha de clases, no se ciñe a la batalla electoral, a la que distintas fuerzas políticas, apuestan sus esfuerzos. Muestra de ello, son las distintas movilizaciones que se vienen generando desde el inicio de la “transición a la democracia”, el año 1990, y cuyo clímax se comenzó a dar el año 2011, con todo el gran Movimiento por la Educación Pública, Gratuita y de Calidad.

Si bien, distintas fuerzas de izquierda, dentro de ellas, el Partido Comunista de Chile, la más numerosa durante estos 23 años, han levantado la necesaria bandera de dar a Chile una Nueva Constitución, y para ello convocar a una Asamblea Constituyente que redacte dicha carta magna, es con estas últimas movilizaciones, donde se empieza a hacer más latente la necesidad de esta tarea histórica, en las conciencias del pueblo chileno. Las movilizaciones del 2011 para adelante, no sólo se centraron en el Movimiento de la Educación, sino también en los movimientos ciudadanos surgidos en  Punta Arenas, Aysén, Freirina, Calama; las movilizaciones del movimiento sindical, los subcontratistas del Cobre, etc. En todas ellas, donde se reflejaban demandas particulares, como el derecho a la Educación, la Salud, la Vivienda, la descentralización del poder político del país, etc., se hizo patente la necesidad de la Nueva Constitución.

Ya no sólo el PC, levantaba la carta de la Nueva Constitución y de la Asamblea Constituyente. Ella ya era parte del discurso del movimiento de masas. Y también de algunos precandidatos que comenzaron a levantarse, como alternativa desde la misma Concertación, como es el caso de José Antonio Gómez. También en la actualidad la levanta Marcel Claude. Roxana Miranda, del Partido Igualdad también lo hace. Por otra parte, fuerzas de izquierda como el MIR, el MPMR, el FPMR, y otros tantos colectivos más pequeños, que no apuestan a la pelea electoral parlamentaria, ni presidencial, también levantan esta demanda. Y cada quién, se arroja el slogan de la consecuencia, que obviamente se debe debatir, pero no se hace en términos fraternos y de lucha político-ideológica, sino ya cayendo al grado de las descalificaciones. Los comunistas son unos tales por cuales. Las otras fuerzas, ya no son ultrones, sino “monos”.

El PC, si bien como objetivo, sigue levantando la necesidad de la Asamblea Constituyente, pero sin perder el norte de la Nueva Constitución, hoy plantea una Asamblea Ciudadana, ante los candados que la actual institucionalidad tiene, impidiendo el llamado a la Constituyente o a un Referéndum que llame a tal, como lo hiciera el Comandante Chávez, al ser electo presidente en Venezuela, en 1998 (y como se ha hecho, en otros procesos como Bolivia, Ecuador). Con esa necesidad histórica, hoy los comunistas apostamos a conformar una Nueva Mayoría, que lleve adelante estos cambios, y que no se refleja solamente en lo electoral (como el Pacto Electoral, y que en estos momentos, tiene al PC apoyando a Bachelet, a las primarias). Sino que también debe reflejarse en las movilizaciones, plano que los comunistas no hemos abandonado, haciendo síntesis de todo esto, en la movilización social, como debe corresponder a todo revolucionario. Señal de ello, son las Jornadas de este 26 de Junio, y nuestro apoyo al Paro Nacional convocado este 11 de Julio. Sin descontar, las movilizaciones estudiantiles y demases que se dan.

El tema que nos lleva a discutir es el por qué hoy esta Nueva Mayoría ha sido tan criticada, sobre todo desde la Izquierda. Ciertamente, porque en esta mayoría necesaria, se convoca a fuerzas de la Concertación, fuerzas que han sido las administradoras del modelo neoliberal que tiene en crisis a Chile, durante los últimos 20 años. Y claramente, aunque hoy vemos a gente como Gómez plantear la Constituyente, o Bachelet, plantear Nueva Constitución, existe la gran desconfianza de que realmente vayan a cumplir con lo planteado, o sólo quedarán en promesas electorales.

Ya lo señalaba Lenin que “…uno de los errores más graves y peligrosos de los comunistas, es la idea de que una revolución puede ser hecha por los revolucionarios solos”(1) y también que “..,sin alianza con los no comunistas en las más diversas esferas de la actividad no puede hablarse, siquiera de una exitosa construcción comunista”(2). Es cierto, la organización revolucionaria debe ser capaz de conducir y aglutinar a los más diversos sectores de la población, en torno a la transformación social. Pero esa aglutinación, no será fructífera, si es que la izquierda no comienza a jugar un rol de vanguardia dentro de ella. Ejemplos tenemos mucho, pero sólo para enunciar, tenemos los casos de la Revolución Cubana, y la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua.

En el caso de Cuba, la tarea primordial inicial, fuera del combatir, fue lograr la unidad de la izquierda, esto sintetizado en el Movimiento 26 de Julio (cuya dirección y militancia era mayoritariamente de izquierda), el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, y el Partido Socialista Popular (el PC de Cuba, que para combatir el maccartismo anticomunista de esos años, cambió de nombre). El primer paso unitario con fuerzas no revolucionarias, se da el 12 de julio de 1957, cuando ya el prestigio político de Fidel era enorme dentro del pueblo. Finalmente y gracias a la flexibilidad táctica de Fidel, se logró firmar lo que históricamente se ha conocido como el “Manifiesto de la Sierra”. Si bien este era un programa mínimo, y menos drástico al levantado por Fidel en “La historia me absolverá”, señala una serie de tareas de tipo democrático, que de hecho favorecerían a nivel institucional la expresión de real apoyo popular que había logrado el 26 de Julio.

En el caso Nicaragüense, al derrotar a Batista, se terminaron uniendo al FSLN, muchas fuerzas, inclusive de la burguesía, con quienes se conformó una Junta Provisional de Gobierno. Claramente, y el desarrollo histórico lo demostró, que quien tenía mayor peso de masas, político y militar, era el FSLN.

En ambos casos, vemos que la izquierda jugó un rol preponderante y de conducción del movimiento, de esas convergencias político-sociales, que llevaron al triunfo de sus respectivos procesos. Lamentablemente, hoy en Chile, eso no se ha visto materializado aún. Es por eso, que hoy el PC plantea Asamblea Ciudadana, ya que la institucionalidad no contempla el llamado a una Asamblea Constituyente. Evitar los frenos, que por ejemplo hoy en Brasil, la misma institucionalidad le puso a Dilma ante el llamado a plebiscito, para conformar la constituyente. Además, no se tiene el peso fuerte que ha tenido la izquierda, el año 1999 en Venezuela en la amplia coalición que llevó a Chávez a la presidencia, o en Bolivia o Ecuador. El movimiento de masas chileno, si bien ha tenido momentos álgidos, no ha pasado de eso, de momentos, y no ha desembocado en un referente fuerte y organizado de masas. En esto, se demuestra que falta más conducción política del movimiento, ya que se ha instalado mucho el discurso apolítico, movimientista dentro de las masas, algo que termina siendo perjudicial para el avance de las causas justas.

Entonces así, hoy dentro de las fuerzas de izquierda, tenemos al PC planteando una táctica que mezcla lo electoral, participación de espacios institucionales (nuestros 3 diputados) con la movilización social, sintetizando en la amplia convergencia, hoy llamada Nueva Mayoría; otras fuerzas que apuestan a participar en lo electoral desconfían de las alianzas amplias, por los hechos históricos; y otras fuerzas, que apuestan a agudizar la crisis del sistema vía movilizaciones para incorporar otras capas (casos de los colectivos de izquierda, la ACES actual, tomas de liceos, etc, etc).

Como decíamos anteriormente, no podemos dejar atrás del análisis actual a la movilización social. Hoy el grado de discusión que se ha generado con las movilizaciones, han llevado que la política no es exclusiva ya de los partidos políticos, sino que se expresa transversalmente en toda la sociedad y hasta los no político son políticos, porque están apostando al statu quo, al conservadurismo. Y eso ocurre, porque se politiza la discusión en el movimiento, cosa a que los comunistas siempre hemos apostado, desde los inicios con el maestro Recabarren. Esto se refleja dentro de la burguesía también, donde como clase ya no se representan absolutamente en la UDI, RN, DC, etc., ya que han generado sus propios espacios de debate y presión como SOFOFA, ENADE, sus gremios, etc. donde expresan sus opiniones directamente.

Y como hemos visto, en síntesis, lo que está pasando: un asenso de las masas más afectadas por el sistema (secundarios, pescadores, mapuches, los del agua, los afectados por los proyectos energéticos, etc.) Esos sectores en lucha ya se dieron cuenta que el marco político no permite que sus intereses sean resueltos (por eso el techo de la lucha estudiantil). Pero amplios sectores de la clase y las masas no están ni ahí. Aun están con margen de sobrevida por el crédito, por las tarjetas, en fin. Esta franja de pueblo seguirá movilizándose post elección y este ascenso de masas puede mantenerse o caer, dependiendo de que se suban otras franjas sociales a la lucha. Aquí radica todo el centro de la divergencia que podemos tener unos y otros. Los comunistas seguimos apostando a la movilización social, con tal de que se suban otros sectores sociales a la lucha. Las otras fuerzas también, pero se mantiene la discusión central en las tácticas, cosa respetable, pero se pierde el norte, cayendo ya en la descalificación.

Entonces, ninguna de las posturas que vemos se dan a nivel de la izquierda y fuerzas antisistémicas, tiene fuerza suficiente para proyectar políticamente una táctica global de crisis, para poner en crisis la dominación del capital financiero. Porque de eso se trata. De poner en crisis al capital, de que el pueblo tome en sus manos los aparatos de poder, y lleve a cabo transformaciones. Si no hay una propuesta cultural alternativa, si no superamos las buenas intenciones del asistencialismo y del desarrollismo burgués, la gente volverá a la calle. Y como punto principal: sino se va desarrollando, la necesaria unidad de la izquierda (tarea difícil, pero no imposible), más se tardará en lograr este anhelo de todos, de cambiar la institucionalidad, y realizar la Asamblea Constituyente, como lo han hecho otros pueblos hermanos.

El llamado está hecho. Polemicemos, discutamos visiones, obviamente algunas contradictorias, pero no caigamos en la pelea a muerte. Las jornadas del 26 de junio y del 11 de julio, nos llaman a unirnos, para que estas movilizaciones no sean sólo un momento más. Ese es un buen inicio. Y la izquierda en su conjunto, estamos llamados a abrir los horizontes que el pueblo chileno necesita. El pueblo chileno necesita más que un cambio de mandos. Chile necesita un cambio radical en todos los campos, de la vida pública y social.

Notas

(1) y (2) Lenin: "Sobre el significado del materialismo militante" (1922) http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1920s/iii-1922.htm

sábado, 15 de junio de 2013

Semblanza de un muchacho del siglo 20, y del 21 también


Nos titulamos el mismo día, un 28 de Octubre de 1977: él como mi padre, yo como su hijo.
Si bien los días anteriores, ya habían sido difíciles, desde que el mismo 11 de septiembre de 1973, a él le truncaron sus sueños de un país más justo, y también lo expulsaron de su universidad, la Universidad Técnica del Estado, los años venideros, lo serían mucho más.
Quizás, por ese motivo, mi viejo un día, cuando el Partido le planteó la tarea de asumir la lucha armada, él, sin dudarlo, asumió ese desafío. Porque pensó en que yo no podía seguir creciendo en un país con tanto odio.
Sus años de preparación en Cuba, sus años de lucha clandestina, y sus años como preso politico, fueron un tiempo en que apenas pudimos vernos; y cuando nos volvimos a reencontrar, en libertad, para continuar la vida, tuvimos que recomenzar el camino, que la dictadura nos había arrebatado.
Aún así, en que tuvimos momentos que no nos entendíamos, nos fuimos hermanando en el camino.
Y aunque esos años de infancia fueron difíciles, mi padre siempre estuvo ahí.
Desde Cuba, mandaba cartas, supuestamente desde España, deseándome feliz navidad.
Siempre recuerdo que en los primeros días de su regreso en Chile, ya reincorporado a la lucha, como todo un oficial, me iba a dejar a la mítica escuela Matte, tormento de todo quintanormalino, y en el transcurso por Carrascal, se iba inventándole voces a los perros de la calle, que extrañamente nos acompañaban. Esos momentos de risa,eran un alivio ante tanta atrocidad que vivíamos, en una población como la nuestra, constantemente asediada por las fuerzas militares.
En los años de lucha clandestina, nos veíamos una vez a las quinientas, pero lográbamos reencontrarnos, para vernos algún momento. Un día se desapareció por meses. Partió al sur, y lo ví alejarse en un tren. Fue fuerte la separación, pero él seguía estando ahí de alguna forma.
Cuando lo tomaron preso, el día anterior nos habíamos encontrado. Yo ya tenía claro quién era mi padre. Mi padre era un guerrillero. Y ese día, en que lloré unos segundos, y de ahí no lloré, casi hasta el día de hoy, dije, yo quiero ser como mi padre. Quiero ser un guerrillero.
Mi padre me enseñó a guitarrear, a tocar el piano, a tocar zampoña, como él
Con mi padre fuimos compañeros de música, y lo seguimos siendo, en diversos conjuntos musicales.
Con mi padre, fue con quien hablé de mi primer beso, en plena adolescencia, y en plena Habana, compartiendo un refresco en 23 con O (el Vedado, barrio mítico habanero).
Con mi padre es con quien veo constantemente películas soviéticas, añorando ser ambos combatientes de la Gran Guerra Patria, y hacer retroceder al fascismo al mísmisimo infierno. Yo no lo he hecho, pero mi padre sí. Cada vez que veo los reportajes, y muestran las acciones rodriguistas contra el fascismo, no puedo dejar de sentir orgullo y cariño por él.
Con mi padre, es con quien me he ido detenido, en más de una oportunidad, en acciones de propraganda, en marchas, etc.
Con mi padre, es con quien, he tomado religiosamente el ron cubano, como un sacramento de hermandad.
En definitiva, mi padre, es quien me ha enseñado que la vida se vive ahora, y en colores.

Te quiero mucho viejo, gracias por ser como eres, y gracias por haberme enseñado a amar y luchar. Gracias por seguir siendo un joven loco, y seguir luchando y vivir a concho este siglo moderno. Gracias por ser mi padre.

Atte.

Tu hijo