martes, 24 de mayo de 2022

Los dos marxismos (Alvin Gouldner)


 
"El marxismo crítico compensa con su énfasis en el voluntarismo la deficiencia de las condiciones económicas y tecnológicas, antaño juzgadas (por los marxistas científicos) como un requisito para el socialismo y, por lo tanto, es un marxismo apropiado para los esfuerzos revolucionarios en las naciones «subdesarrolladas» o del Tercer Mundo. Esta fue, en parte, la razón de que Lenin, antes que Lukács y Korsch, lanzara el movimiento hacia un marxismo crítico. (Lo lanzó, pero no lo prosiguió.) Tal marxismo fue un intento de compensar las deficientes condiciones materiales socioeconómicas con el énfasis en la significación y la potencia de la acción «humana» y en su conocimiento, su conciencia, su sacrificio y su valor. En el marxista crítico, pues, subyacente a su «elevación de la conciencia» se encuentra la incapacidad de confiar en que las condiciones materiales apoyaran sus esfuerzos; más aún, tiene la sensación de que la tendencia «natural» de las cosas es enemiga de la revolución. El llamamiento a la conciencia, por ende, es la ideología de quienes sospechan que ni el tiempo ni «la historia están de nuestro lado».

El marxismo científico, en cambio, confía tranquilamente en la evolución social y en el despliegue de ciertas tendencias «naturales» para realizar sus esperanzas socialistas. Se siente aliado de la historia y la naturaleza. En consecuencia, considera las estructuras sociales objetivadas como aquello en lo que debe confiar, más que en los «hombres» su voluntad y su conciencia. El marxismo científico considera a los hombres como productos de tales estructuras; el marxismo crítico, por el contrario, ve a los hombres (a algunos hombres) como los productores de estructuras sociales. En resumen, el marxismo científico reposa en un juicio tácitamente severo sobre la naturaleza humana y la considera desprovista de los requisitos de la historia: no confía en la gente, sino en las estructuras sociales, para resolver los problemas históricos. En contraste con él, el marxismo crítico no confía en una historia objetivada, en las estructuras sociales o en la naturaleza, sino en la voluntad y la conciencia de las personas, para superar las deficiencias de la naturaleza, la historia y las estructuras económicas.
El marxismo crítico se apoya sobre, y trata de despertar, las extraordinarias potencialidades de los hombres. Sostiene que hay grandes diferencias entre las personas; puede confiar al menos en algunas personas, aunque a veces sólo sean unos pocos líderes carismáticos, los «grandes hombres». La confianza del marxismo crítico en las personas, pues, no es incompatible con un elitismo hierocrático. Comparte esta potencialidad para el elitismo y el autoritarismo con el marxismo científico, aunque el elitismo de este se halle más cerca de la jerarquía meritocracia de los tecnócratas, mientras que el del marxismo crítico tiene un tinte más carismático."

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